Los "long" fueron unas de las primeras tablas utilizadas para el surf; era la época de los '50 y Hawaii, Australia y la costa sur-oeste de California, eran la Mecca para este tipo de deportes.
Con el paso de los años, la tabla "salió" del agua para tomarse el asfalto, donde las pendientes hicieran de las suyas, como las de San Francisco, en California.
Corrían los '60: las primeras tablas eran muy rudimentarias, principalmente de madera, medían cerca de dos metros y con el paso de los años especialmente en los '70, las tablas comenzaron a hacerse más livianas, estéticamente más atractivas y las ruedas más rápidas.
Con la llegada de los '90, las tablas sufrieron una revolución: al igual que antes, varias compañías pequeñas comenzaron a fabricar las tablas a mano, del tamaño y requisitos específicos del "longboardista".
Los materiales utilizados que iban de la madera con poliuretano hasta tablas casi irrompibles de fibra de carbón.
Las pequeñas empresas comenzaron a crecer y a especializarse: hoy las más grandes y las mejores recomendadas son la Powell, Sector 9, y Gravity. Con la tecnología de internet, incluso es posible hacer pedidos por la red, con todas las especificaciones necesarias.
Además de contar con la tabla propiamente tal, es posible encontrar accesorios vitales para este deporte: los "nose", "tail" y "side guard", que son piezas adosadas a la tabla para tener un mejor agarre a altas velocidades y que además la protegen en la parte delantera y trasera.